
Título: Estas cosas pasan.
Autora: Ana Manrique.
Editorial: Alrevés editorial, 2011.
ISBN: 9788415098126.
Hay pocos libros en los que el argumento tenga un giro tan contundente y inesperado que no quede "sacado de la manga", y, en los que me guste, aún menos. Pues Estas cosas pasan es uno de ellos. La narración de la historia toma unos derroteros que no pueden ser más ingeniosos.
Partiendo de una -aparentemente- sencilla trama, Ana Manrique nos presenta a un matrimonio un tanto peculiar: el formado por el profesor Musgo y su mujer, Vitriola. Su relación conyugal está trastocada y por ello -entre otros motivos, como la tacañería del profesor- deciden ir a un pueblo idílico a pasar unas tranquilas vacaciones.
Al llegar a Nenúfares bajo el pretexto de llevar a cabo un estudio sobre los árboles del pueblo, la familia se instala en una cabaña. Pero los habitantes de Nenúfares descubren rápidamente el engaño de Musgo, y comienzan a urdir un plan para arruinarle las vacaciones. Comienza entonces un genial despliegue de personajes, a cada cual mejor logrado, como el fantástico Nicolás con su vaca -me encantó-, el Jipi, el Loco, Leocadia o Simono, entre otros cuantos.
Bajo esta historia, también asistimos a una subtrama mucho más importante y profunda, como es el resurgir y el desarrollo de Vitriola como una mujer independiente.Es muy interesante cómo, con ¿ayuda? del Furtivo, ella se libera de una carga como era su relación con Musgo (tranquilos, no estoy destripando nada).
Es, a grandes trazos, una gran historia contada con muchísimo humor y unos personajes que te obligan a cogerles cariño, son muy especiales.
Estilo narrativo: A pesar de ser la tercera novela de Ana Manrique, es la primera que leo. En esta destaca el humor en cada capítulo. Pero humor del bueno, del que me ha hecho soltar alguna carcajada que otra -me cuesta mucho reírme mientras leo, hay pocos libros que lo consigan, y este ha sido uno de ellos-. He leído algunas reseñas en las que se compara con La hija de Robert Poste, de Stella Gibbons, y a mí también me lo pareció en algunos momentos por el tipo de humor -salvando las distancias entre el humor británico y el español, claro está-.
Agilidad de la trama: La historia engancha de tal manera que no puedes parar de leer. Además, los capítulos terminan de una forma que te obligan a leer el siguiente, así, encadenados, no es posible parar. La narración es ágil y divertida, por lo que, además de entretener y hacerte disfrutar, es rápida en cuanto a su lectura.
Personajes: Los personajes al principio me chocaron un poco por eso del nombre. Me parecían muy rebuscados e inverosímiles, pero en cuanto los conoces en mayor profundidad, ves que no pueden tener otro nombre debido a que son únicos, indescriptibles. Están muy bien perfilados y, aunque pueda parecer que caen en algún tópico, rápidamente escapan de él.
¿Y qué decir del prólogo y de los agradecimientos? Esta Manri es la caña.Voy a ver si encuentro una tienda donde me quieran vender un par de eadbertos...
